A Alan Moore no le gusta el cine, pero a Frank Miller sí. Le gustó en Robocop 2 y le gustó aún más en Sin City, hasta el punto de iniciarse en dirigir; sin contar 300 donde le coge el gustillo a producir. Pero eso no es suficiente para Frank. Él quiere más. Y tiene hambre...
Y como tiene buen saque, se lanza a dirigir su propia película en solitario. Y no dirigir una obra suya, que sería lo fácil. No, no, eso no es suficiente para Frank... Que mejor que la posiblemente mayor leyenda del comic de la historia, y su obra más popular. Nada más y nada menos que Spirit, de Will Eisner, es el próximo proyecto de Miller en el cine, esta vez como autor total, y lanzándose a la piscina con todas sus armas. Ya demostró su más devota admiración por el autor de Viaje al corazón de la Tormenta, en un libro de entrevistas donde desgranaba los misterios del noveno arte en una indagación profusa en el encuentro entre dos pilares del comic de diferentes épocas.
Veremos como anda la cosa y tengamos fe en Mister Frank, que no es ningún colegial (y que tenga más suerte que aquella producción televisiva de los ochenta donde Sam Flash Gordon Jones encarnaba a un Denny Colt de físico correcto pero muy mal acompañado en todo lo demás).
De momento, teaser poster del experimento, dibujado por el nuevo hombre renacentista, en un día en el que estaba colocando sus comics de Sin City.
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