20.9.07

Las mejores películas sobre comics

Hay una cosa que siempre nos causa tembleque a los comiqueros cuando hacen una película de nuestro personaje de comic favorito, por encima incluso de la apariencia. Esto es, el guión. En el mejor de los casos, la historia es una amalgama de retazos de diferentes comics clásicos del personaje en cuestión, unida con mejor o peor fortuna (véase la primera entrega de Spiderman, Batman Begins). En el peor, es un intento fallido donde quizá en origen hubiera buena intención, pero que resulta un guión sacado de una mala resaca jaquecosa (ejemplo más flagrante, Spiderman 3, saga esta capaz de lo mejor y lo peor). En otros, una idea original salva la película, o una idea intencionadamente original, la chafa de plano. Este miedo no nos lo vamos a quitar, pero desde un tiempo a esta parte, hay algo de esperanza para los puristas de la historieta, al menos en lo que al comic de súper-héroes se refiere. Las principales editoriales del tema, Marvel y DC, han empezado a adaptar historias concretas al formato de largometraje de dibujos animados, habitualmente de historias más complejas y fieles al personaje que su encarnación al celuloide de imagen real (a pesar de que a priori pareciese lo contrario), cosa que ya se demostró con la magistral Batman: La Máscara del Fantasma, la mejor historia de Batman llevada al cine. Los precedentes vinieron de la mano de Bruce Timm y Paul Dini, los genios de la animación de historias super-heróicas, con las últimas temporadas de La liga de la Justicia Ilimitada, donde dieron rienda suelta a las adaptaciones concretas de ciertos comics (con ligeros cambios), como por ejemplo, El Hombre que lo tenía todo, de Alan Moore y Dave Gibbons (la mejor historia de Superman, como ya comenté). Marvel vio que aquello era un filón para la fidelización del entusiasta y la captación de nuevos seguidores, aprovechando el auge de las adaptaciones fílmicas del cine de súper-héroes, y se lanzó con sus Ultimates Avengers, bastión de la línea Ultimate donde viejos personajes se cuentan mediante nuevos conceptos, y sin tener en cuenta la continuidad. Se hicieron 2 partes, en 2006, cambiando cosillas respecto al comic (añadieron la palabra Avengers en el título para guardarse las espaldas), pero esencialmente siguiendo la misma historia. Luego seguirían las películas de Iron Man y el Doctor Extraño, pero ya sin seguir historias concretas. DC no quería ser menos, y ya que ellos habían abierto la veda con La Liga de la Justicia Ilimitada, se lanzaron a los largometrajes animados, ya directamente adaptando historias concretas. Y en ello andan actualmente, dándonos alegrías al fandom.

Primero ha sido La Muerte de Superman, adaptando la épica historia de la lucha final de Superman contra Juicio Final, y el posterior Reinado de los superhombres. Aparece en DVD en el imperio a finales de Noviembre de 2007, si no se tuerce nada por el camino. De regalo, el trailer, en inglés (por el momento).

Ahora se está terminando Justice League: New Frontier, adaptando la miniserie de Darwin Cooke, que narra los orígenes de los personajes de este grupo, con una estética muy de los 50’s, de la que podéis disfrutar un avance aquí. Y seguro que no acabará aquí, ya que parece que la cosa funciona a varios niveles. Han tardado en darse cuenta, pero al menos se han percatado de que para qué tratar de hundir a un personaje con una historia mediocre, cuando en la mayor parte de los casos hay décadas de historias entre las que hay numerosas realmente memorables. Quizá, algún día podamos ver una película de La Broma Asesina, Born Again, o La Muerte de Gwen Stacy. Tal vez incluso, las películas de imagen real prediquen con el ejemplo.

Pero un hombre puede soñar…

19.9.07

El engañoso espejo de la realidad, Status 1909.07

Tus ojos te dicen una cosa, pero la realidad te grita a la cara otra bien distinta. Creemos que vivimos en un mundo fácilmente reconocible, donde cada mañana nos cruzamos con el vecino del cuarto y su sonrisa mañanera, cogemos el mismo autobús y el conductor nos asiente, reconociendote como habitual y cerciorándose de que es un día laboral, y la rutina sigue su curso tal como está escrita. Una serie de signos te indican la hora que es, e indefectiblemente, sabrás cuando llega la hora de volver a casa. Definitivamente, el mundo que te rodea es reconocible a tus ojos.
Pero eso no es del todo cierto. La realidad no es lo que parece, y lo que a primera vista parece una cosa, se revela al instante como algo completamente diferente. La oscuridad se vuelve luz y lo blanco se torna negro. Como en el vídeo a continuación, donde un tipo con una gran soltura a la hora de dibujar, demuestra ingentemente que nada es lo que parece. Detente a mirar, y descubre, una vez más, que las apariencias engañan.

12.9.07

Mis muertes favoritas, 4

El plural de esta sección nunca estuvo tan justificado como en esta ocasión. Ahora, no es una muerte épica; es una ristra de muertes no épicas, sino sublimes y evocadoras como las que más. Nada como 300 espartanos repartiendo sin contemplaciones, masacrando a sus invasores y dando rienda suelta a su brutalidad y sed de sangre. Posiblemente, y a pesar del aura de lirismo que rodea la escena, la mejor representación de un choque de ejercitos en lucha de infantería, impactante y caótica, y sin embargo, un deleite para los sentidos. Viendo esta escena, a Cyberno se le erizan los pelos en recuerdos de tiempos pasados, en los que con una lanza o una espada se solucionaban los problemas tajantemente. Que tiempos. Disfrutar pues, que esta noche cenaremos... en el infierno!! (y no veas como quema el tema).

6.9.07

Una última vez, Luciano

Según informa El País, esta noche ha fallecido Luciano Pavarotti, posiblemente el tenor más popular de la segunda mitad del siglo XX, junto a Plácido Domingo. A los 71 años, sufría un cáncer de Pancreas del que fue operado hace un año en Nueva York, pero no terminó de recuperarse del todo, y en la pasada madrugada se ha ido al cielo de la operas con billete de clase de lujo desde su casa de Módena, la norte de Italia. Precisamente ayer se difundieron sus declaraciones de agradecimiento por el Premio Excelencia en la Cultura de Italia que le concedió ayer el Gobierno italiano. Casi como su hubiera sido profético, un premio a toda una vida en el campo de las artes, justo un día antes de morir. Lo cierto es que incluso los no aficionados a la opera conocían a este gran tenor. La popularizó a través de sus numerosos discos, algunos recopilatorios y otros de obras completas, y siendo como un showman de un mundo a priori elitista y reservado a las clases altas, popularizando el belle canto y llevándolo a todo aquel que quisiera disfrutar de buena música, como con sus numerosos dutos con astros del Rock y el Pop, como con Frank Sinatra, Michael Jackson, y con U2 en el tema Miss Sarajevo, un precioso tema que conmemoraba el fin de la Guerra en los Balcanes, sin olvidarnos de su integración en Los Tres Tenores, junto a Domingo y José Carreras. Él mismo parecía un personaje de alguna ópera de Verdi, descomunal tanto en tamaño como en talento, casi Felliniano, con esos coloretes, o con las túnicas de Julio Cesar. Su cuerpo se ha ido, pero su espíritu, su voz, siempre se escuchará. Para más información sobre este genio de la interpretación, la inevitable Wikipedia, y aquí.

2.9.07

Las certeras flechas de un arquero consolidado por descubrir

Y continuando con la semana verde del comic, con ustedes Green Arrow, o lo que es lo mismo, Flecha Verde, o más vetustamente, el Arquero Verde. El motivo, la mini-saga que guionizó Kevin Smith hace ya unos años y que aquí público Norma en dos tomos cuando tenía bajo sus alas los derechos de DC Comics. Aunque es un personaje que actualmente goza de cierta celebridad, merecida, entre el fandom blogero y comiquero por sus historias de contenido comprometido, lo cierto es que su primera aparición data de 1941 en la revista More Fun Comics, en su número 73 y acompañado del más consolidado en su momento Aquaman, de la mano de Mort Weisinger y George Papp, autores de la época sin demasiada trascendencia posterior. En su momento, era casi una versión “luminosa” de Batman, siendo también un tipo sin poderes pero con multitud de gadchets, millonario de día y erradicador del crimen por la noche en su ciudad, en este caso Star City. Vestido como un moderno Robin Hood todo teñido de verde, cual Errol Flynn trasnochado, sus flechas en forma de puño, pegajosas, o de mil formas y colores a elegir, detenían a los malosos ladrones, mafiosos o pillastres de poca monta. Tenía un ayudante jovencillo (y que manía con los DC-eros tempranos del ayudante alevín, algo se traían entre manos) llamado Speedy (un trasunto de Robín mal disimulado), y no es que tuviera un éxito abrumador pero el personaje se consolidó y sobrevivió en el universo DC, muchas veces como invitado en otras series más que en la suya propia, de la que careció en ocasiones. El reconocimiento le vino a finales de los sesenta, cuando los guionistas decidieron darle un giro a su planteamiento, el millonario Oliver Queen (su alter ego) quedaba arruinado y sus aventuras tomaron un trasfondo mucho más social y comprometido, defendiendo los derechos civiles. Se unió al que se sería su mejor amigo, Green Lantern, y juntos protagonizaron una serie de aventuras que tocaban el tema de las drogas, de manera un tanto inocente para nuestros días, pero revolucionarias y comprometidas para la época, dibujadas por el siempre estupendo Neil Adams. Esto lanzó el personaje hasta hoy, en que sigue en la brecha ya como Alcalde de su ciudad natal, y dirimiendo en política su arco y flechas esmeraldas. La serie que nos ocupa, El Sonido de la Violencia, fue uno de los puntales de la nueva juventud de este personaje, una de las incursiones en el comic del cineasta Kevin Smith (anteriormente había dejado su impronta en Daredevil, de la Marvel), e impregnando de su estilo los diálogos de los personajes, siempre entre el humor, el sentido de la aventura y el drama descarnado. La saga en sí no es ninguna aventura decisiva ni un hecho realmente trascendente, pero su lectura es una delicia que se disfruta no solo como un comic entretenido, que ya es un valor, sino un baile de referencias que fascina y engancha al personaje. Olli (como le llaman cariñosamente sus amigos, diminutivo de Oliver) acaba de volver de entre los muertos y esta decidido a reconquistar a la que fuera su amor definitivo, Canario Negro, conocer mejor a su hijo recién descubierto (que había ejercido de Green Arrow en ausencia de este), lidiar con una joven aspirante a Speedy, y todo esto mientras un loquito de las onomatopeyas (guiño intra-comic de Smith, un personaje que repite las onomatopeyas, sin las cuales no existiría el lenguaje del tebeo super-heróico) se dedica a liquidar superhéroes. Ya solo los diálogos son de antología; el flechas discutiendo con Hawkman: Green Arrow: ¡Fascista volador! Hawkman: ¡Memo moderno insoportable! ¡Beatnik anacrónico! Green Arrow: ¡Bah, chupa-reagans! E incluso se permite soltar perlas acerca de características propias del propio comic que guioniza y su época pasada, respecto a la moda de los ayudantes jovencillos (“¿Le enfundábamos un traje a un chaval y nos los llevábamos a pelear solo porque éramos ricos y nos aburríamos? ¡Me sorprende que no nos arrestasen!”), casi como si fueran Dante y Randall charlando de comics frente al QuickStop. A veces incluso esperas que aparezcan Bluntman y Chronic (alter-egos superheroicos de Jay y Bob el Silencioso) para echar un manilla, pero sin desmerecer como comic de acción, ya que sus escenas de peleas son de las mejores en cuestión de emoción y golpes inesperados. El dibujo de Phil Hester ayuda, y mucho. Su estilo “cartoon”, semejante al de Bruce Timm o Darwin Cooke, le va al personaje como anillo al dedo, con ese ligero toque autoparódico que termina por revelarse como el más idóneo para la aventura pura y el comic como esencia entre las aguas de los dioses Kirby y Eisner, asentadores de bases del comic desde la década de los cincuenta. Ya había trabajado con Smith en los comics de este basados con los personajes habituales de sus películas, y además se ha afincado como dibujante habitual de la serie, lo que es de agradecer ya que perfila al Green Arrow más atrayente de prácticamente toda su existencia. La serie actual es publicada en una serie bimestral dentro de la cabecera Green Arrow/Green Lantern por Planeta (como si todo lo verde fuera de la mano), siendo un mes de un personaje y al otro del otro, y lo cierto que ambas son estimables y recomendables como lecturas satisfactorias.Damos desde aquí un alzamiento a este personaje, que se presenta como casi nuevo para una nueva generación de lectores que le descubren, y que ante un primer posible rechazo por sus pintillas en mallas verdes de zorrillo de Sherwood, tras una lectura detenida se revela como una colección muy a tener en cuenta.