Saliéndonos de la norma, escapando hacia la excepción, una edición especial de la nota musical periódica, la sección lateral que tanto disfrutáis y que a vuestros tímpanos siempre deleita. Y esta vez, el video que nos ocupa, es merecedor de un análisis pormenorizado, ya que es de esos casos privilegiados, en el que se ama o se odia. Se trata, como no podía ser de otra manera, del Bat-dance, de Prince. Últimos coletazos de la década de los 80's, con todo lo que eso conlleva, musical y estéticamente, de manos de unos de sus símbolos más significativos, el artista en ese momento conocido como Prince. El estreno cinematográfico del momento, el Batman de Tim Burton, todo un fenómeno del Merchandising y desatador de una batmanía desbocada. Y unos cuantos conceptos interesantes en el presente video de cara a enfocar al murciélago en su encarnación de celuloide.
- Prince caracterizado como una especie de Dos Caras, pero siendo Joker/Batman. Esta dualidad no es solo interesante a nivel estético, sino que juega con las conclusiones de La Broma Asesina, de Alan Moore y Brian Bolland: Batman y sus enemigos son la misma clase de criaturas, nocturnas, dementes y oscuras.
- La coreografía, con esquemas que vienen del Batman televisivo de Adam West, con Batmans femeninos que evidencian la falta de masculinidad de dicha reencarnación, mientras los Jokers son todos masculinos. La necesidad de Némesis como la necesidad en el amor y el sexo de un opuesto (en el sentido de otro individuo, no de sexos diferentes, ya que incluso con la similitud de sexos también se juega aquí). Relación casi masoquista entre villanos y heroe.
- El propio Prince como un Joker casi perfecto. Lastima de pérdida en su momento (ahora, imposible, por supuesto).
Como veis, todo en esta vida es susceptible de ser analizado. Y ahora, el video. Disfrutad, que es para ello.
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