18.7.07

Idioticia en el siglo XXI

La idioticia como fenómeno no es nada nuevo, eso hay que reconocerlo. Los primeros indicios de Idioticia documentada se dan a principios del II milenio antes de Cristo, según restos arqueológicos hallados en 1815 por el profesor Hans de Copenhage, en la zona del levante fenicio más septentrional. Posteriormente, han sido varias las épocas de idioticia documentada y registrada, pero es sin embargo a finales del siglo XX y principios del XXI cuando la Idioticia alcanza cotas inauditas para la historia humana, y no solo en cantidad de propagación, sino en calidad incluso, ya que abarca prácticamente todos los aspectos de la existencia del Hommo Sapiens sobre la faz de este miserable planeta llamado Tierra. Lo que hoy conocemos como La Cultura del Idiota está extendida y rige nuestras vidas, haceros a la idea. Y ejemplos, de tantos que hay, rebasan todo análisis cuantitativo que se quiera realizar con precisión. Los peores ejemplos, a parte de la adoración a la estupidez como marca distintiva de moda, popularización del modelo estúpido como parámetro a seguir o los cánones de como ser un cretino moderno sin dejar que se te caiga el pantalón del todo, es cuando este estilo de vida basado en la estulticia es asumido por dirigentes populares y mandatarios en general. Así como el resurgimiento del sentimiento anti-DinkyWinky polaco apoyado por los Gemelos MalaSombra en una oleada de miedo al Gay universal que nos acecha, La Comisión británica para la Igualdad Racial (muy loable en sus postulados fundacionales) pidió la prohibición de publicar (más bien, reeditar) en Reino Unido el albúm de Herge Las Aventuras de Tintín en el Congo, por su racismo mostrado explícitamente en sus páginas. Por suerte, no solo no ha prosperado su propuesta, si no que han aumentado sus ventas un 3.800 % desde la publicación de la petición. De acuerdo que el comic en cuestión tiene partes cuestionables, y en su momento Hergé fue acusado de ser colaboracionista nazi, pero el comic es hijo de su época y a estas alturas, es estúpido y redundante prohibir un comic tan mítico, vendido y extendido, por tratar a los negros africanos casi como simios y básicamente lelos frente al ario Tintín, que si bien es cierto que la sutileza en esta obra brilla por su ausencia, no es más que un tebeo dentro de un contexto histórico de finales del colonialismo belga y la concepción minúscula de su mundo. El comic es racista, si, pero de una ingenuidad tal que no puede ser tomado en serio y debe ser asumido más como reflejo de las miras de una sociedad pretendídamente europea del periodo de entreguerras, supuestamente avanzada frente al tercer mundo africano, y en realidad más ignorante que los pobres leones a los despelleja Tintín con una sola mano. Y a diferencia de los defensores de la Idioticia, Tintín evolucionó con los tiempos, reflejando las inquietudes del europeo medio hasta bien entrados los setenta. Tanto preocuparse con reflejos de ignominia en los medios de masas, y descuidan hasta límites peligrosos e insultantes la educación y sus instituciones en nuestros paises presuntuosos de ser avanzados. Si esto no es el reinado de la Idioticia más exacerbante y recalcitrante, que sea meado por un gato en este preciso instante.

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