15.10.08

Batman Año 100, una buena película

¿Como? ¿Han estrenado una nueva película del murciélago y no me he enterado? No, que no cunda. Solo es un recurso, entusiasmante en su intención, para hacer una definición sensacionalista, y sin embargo gráfica y concisa, del primer comic largo de Paul Pope con un personaje del mainstream, después de algunas historias cortas y colaboraciones en Marvel y DC. Y digo esto por el caracter global del tebeo en cuestión, su planificación gráfica y su sentido del ritmo visual y narrativo.
Con un aparente eco al Return of the dark knight de Miller (argumento que se desestabiliza a las pocas páginas al tener en común únicamente la patina de historia futurista), la historia empieza con una escena que es toda una declaración de intenciones, si bien absorve alguna referencia del medio al que muta, el cine. Un Batman desencajado que huye de una jauría de perros en una frenética carrera por los tejados de una sucia Gotham, que recuerda a la Trinity del primer Matrix o El Cuervo de Brandon Lee, aunque con el aporte del dibujo feista de Pope, realista y duramente antiglamuroso. Aquí Batman es herido como el que más, se le ven los bordes de las mangas del jersey, tiene problemas para quitarse su máscara reforzada, y utiliza unas botas realmente prácticas en la lucha contra el crimen (y sus paseos por el barro).
La acción se sitúa en 2039 (100 años después de su creación en 1939), en un estado totalitario y donde el control ferreo del estado hace que nadie sea desconocido. Algo muy poco favorable para las identidades secretas. Y es ahí donde aparece Batman, una leyenda del siglo pasado, una anomalía en el sistema, que es acusado del asesinato de un agente federal. La investigación del nieto del comisario Gordon original (el recurso tal vez más pillado por los pelos, aunque efectivo en la historia), revelará la verdad del caso, así como la identidad de este nuevo y misterioso murciélago de Gotham.
De rápida lectura y satisfacción garantizada, su historia es sencilla pero clara y con enjundia propia, y su ritmo plagado de escenas de acción bien conducidas y píldoras de información, engancha como pocos comics actualmente.
Ojalá hicieran una película tal cual, pues resultaría una muy buena película, lejos de pretensiones policíacas o realismo carentes de magia.
Paul Pope ha dado en el clavo, una vez más.
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