3.3.09

Spiderman: Blue, un sueño en una melancólica canción

Como una canción que se resiste a abandonar la memoria, el recuerdo de un amor truncado en su cenit. La primera emoción al contemplar una mirada que anhela en lo más profundo de tu alma, y el reflejo que manifiesta patente un expreso deseo mutuo. El primer amor real.
Ha pasado mucho tiempo, si, pero su rostro todavía aparece en las escenas del pasado que vienen como estampas repentinas en tonos pastel, dominadas por unos ojos brillantes, vivos, y eternos. Una sonrisa imposible de borrar, y un abrazo que nunca volverá, arrancado de cuajo, arrebatado violentamente, y del que todavía quedan ecos resonando en los momentos en los que reina el silencio. Mirando la ciudad desde una terraza, o desde la esquina de un rascacielos, o desde la cúspide de un puente... un puente fatídico... puedo ver tus ojos, Gwen, puedo ver tu sonrisa.
Así, Tim Sale y Jeph Loeb nos regalaron Spiderman: Blue, como una canción que hacía tiempo que no escuchaba, y que de repente te encoge el corazón. La historia de un recuerdo que nunca morirá, y el recuerdo de una historia que hizo adultos a los comics de superheroes con el sopetón del planeador del Duende Verde.
Con unos muy inspirados lapices de Sale, y una narración fluida de Loeb, vamos por el sendero que nos conduce al primer beso de Peter Parker y Gwen Stacy, e idealizado como un bonito recuerdo de juventud, sus notas nos suenan a tonada conocida, pero confortables, melancólicas, y profundamente bellas. Es imposible no ser Peter Parker a lo largo de sus páginas, y sentir el recuerdo de su perdida como si fuera nuestro.
Hacía mucho tiempo que un comic no me arrancaba unas lagrimillas...
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Portadas de la miniserie original, con un diseño inspirado en los clásicos discos de Jazz de los sesenta (y con títulos de canciones de la época), y portada de la edición en castellano de Forum, no muy difícil de encontrar en estos días.

1 comentario:

Berny dijo...

Solo diré, ¡que pedazo cómic!

¡¡FELIZ SAN PATRICIO!!
Lastima que no esté por allí para celebrarlo con unas buenas guiness.

Un abrazo y cuídate...¡conductor!